3 DE FEBRERO - DIA INTERNACIONAL SIN SORBETES

 Una iniciativa para bajar la contaminación ambiental.

Se usan pocos minutos y pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse.


Este dia tiene como objetivo sensibilizar al público sobre el problema de la contaminación plástica de este pequeño pero destructor invento. El sorbete es uno de los tantos ejemplos de la cultura de usar y tirar y de lo adictivo que es el uso del plástico.

Esta iniciativa es un proyecto de la asociación Low Carbon France que invita a todos aquellos que quieran sumarse a realizar acciones para exponer los riesgos ambientales del uso de los sorbetes.

¿Sabías qué…?

  • Según varios estudios científicos, lo sorbetes de plástico son uno de los 10 residuos que más encontramos en océanos y playas, junto con colillas de cigarrillo, envases de comida y bebida, o vasos de plástico.
  • Sólo en Estados Unidos, se usan (y tiran) 500 millones de sorbetes al día. ¡El equivalente a 127 autobuses diarios llenos de sorbetes!
  • Los sorbetes o pajitas, como otros muchos productos de plástico, no se reciclan.
  • Hay que reflexionar que la escasa vida útil que puede proporcionar un sorbete, unos cuantos sorbos de bebida, se convierte en un peligro para el medio ambiente ya que no se descomponen.

¿Cuál es el problema?

·         Como todos los plásticos, el plástico de los sorbetes lleva aditivos químicos que son nocivos para el medioambiente y la salud humana. Así mismo, el plástico es un material poroso que absorbe las sustancias con las que entra en contacto. Mientras están años flotando en el agua o enterradas en la tierra, las pajitas o sorbetes liberan estos tóxicos, contaminando así el medio en el que se encuentran.

·         Los sorbetes, al ser un objeto tan fino y ligero es un peligro para los animales, en particular los animales marinos.

Para muestra, el vídeo de YouTube que se hizo viral en 2015, donde unos científicos sacan una pajilla incrustada en la nariz de una tortuga marina.

A partir de este vídeo con más de 17 millones de visualizaciones, se ha publicado un documental «Straw» (Pajita), con la participación del actor Tim Robbins-

¿Y cuál es la solución?

Dejar de usar sorbetes para beber.

O, utilizar, en contadas ocasiones, opciones reutilizables o 100% biodegradables como las pajillas de metal vidrio, titanio, bambú, papel, todas estas opciones disminuyen el problema de contaminación.

Al proporcionar pajitas de plástico solo cuando lo solicitemos, podemos reducir significativamente la eliminación de plástico de un solo uso. Una acción tan simple no solo ahorrará gastos superfluos, sino que tendrá efectos increíblemente positivos y de gran alcance en nuestro planeta.

De los ocho millones de toneladas de basura plástica que se tiran todos los años en los océanos, la pajita de plástico sólo supone un 4 por ciento del total.

Si nos aferramos a las estadísticas, las pajitas equivalen a una pequeña fracción de plástico marino, pero en cambio, su pequeño tamaño las convierte en uno de los contaminadores más destructores para la fauna marina.

Su acumulación en las riberas de los ríos, playas y zonas costeras hace que muchos animales las confundan con comida y al ser ingeridas perforan el estómago de numerosos animales marinos, y taponan sus vías respiratorias.

La pajita para beber ha existido desde hace miles de años, según los arqueólogos, sumerios y babilonios empleaban pajitas, no por moda o capricho, sino para degustar su densa cerveza sin tragarse la espuma. 

El problema ambiental se inició en los años 60, cuando se popularizó el uso del plástico de usar y tirar. Hoy las pajitas se utilizan a millones a diario en todo el mundo; y cómo no, también se descartan a millones.

Pajitas tiradas en la playa.  


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