Una iniciativa para bajar la contaminación ambiental.
Se usan pocos minutos y pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse.Este dia tiene como objetivo
sensibilizar al público sobre el problema de la contaminación plástica de este
pequeño pero destructor invento. El sorbete es uno de los tantos ejemplos de la
cultura de usar y tirar y de lo adictivo que es el uso del plástico.
Esta iniciativa es un proyecto de
la asociación Low Carbon France que invita a todos aquellos que quieran sumarse
a realizar acciones para exponer los riesgos ambientales del uso de los
sorbetes.
¿Sabías qué…?
- Según varios estudios científicos, lo sorbetes de plástico son uno de los 10 residuos que más encontramos en océanos y playas, junto con colillas de cigarrillo, envases de comida y bebida, o vasos de plástico.
- Sólo en Estados Unidos, se usan (y tiran) 500 millones de sorbetes al día. ¡El equivalente a 127 autobuses diarios llenos de sorbetes!
- Los sorbetes o pajitas, como otros muchos productos de plástico, no se reciclan.
- Hay que reflexionar que la escasa vida útil que puede proporcionar un sorbete, unos cuantos sorbos de bebida, se convierte en un peligro para el medio ambiente ya que no se descomponen.
¿Cuál es
el problema?
·
Como todos los plásticos, el plástico de los
sorbetes lleva aditivos químicos que son nocivos para el medioambiente
y la salud humana. Así mismo, el plástico es un material poroso que absorbe
las sustancias con las que entra en contacto. Mientras están años flotando en
el agua o enterradas en la tierra, las pajitas o sorbetes liberan estos
tóxicos, contaminando así el medio en el que se encuentran.
·
Los sorbetes, al ser un objeto tan fino y ligero
es un peligro para los animales, en particular los animales
marinos.
Para
muestra, el vídeo de YouTube que se hizo viral en 2015, donde
unos científicos sacan una pajilla incrustada en la nariz de
una tortuga marina.
A partir
de este vídeo con más de 17 millones de visualizaciones, se ha
publicado un documental «Straw» (Pajita), con la participación
del actor Tim Robbins-
¿Y cuál
es la solución?
Dejar de
usar sorbetes para beber.
O,
utilizar, en contadas ocasiones, opciones reutilizables o 100% biodegradables como
las pajillas de metal vidrio, titanio, bambú, papel, todas estas opciones disminuyen
el problema de contaminación.
Al
proporcionar pajitas de plástico solo cuando lo solicitemos, podemos reducir
significativamente la eliminación de plástico de un solo uso. Una acción tan simple
no solo ahorrará gastos superfluos, sino que tendrá efectos increíblemente
positivos y de gran alcance en nuestro planeta.
Fuente:
El día internacional sin pajita | Sinplástico
https://blog.sinplastico.com ›
el-dia-internacional-sin-pajita
De
los ocho millones de toneladas de basura plástica que se tiran todos los años
en los océanos, la pajita de plástico sólo supone un 4 por
ciento del total.
Si nos
aferramos a las estadísticas, las pajitas equivalen a una pequeña fracción
de plástico marino, pero en cambio, su pequeño
tamaño las convierte en uno de los contaminadores más
destructores para la fauna marina.
Su
acumulación en las riberas de los ríos, playas y zonas costeras hace
que muchos animales las confundan con comida y al ser
ingeridas perforan el estómago de numerosos animales
marinos, y taponan sus vías respiratorias.
La pajita
para beber ha existido desde hace miles de años, según los arqueólogos, sumerios
y babilonios empleaban pajitas, no por moda o capricho, sino para degustar su
densa cerveza sin tragarse la espuma.
El problema
ambiental se inició en los años 60, cuando se popularizó el uso del
plástico de usar y tirar. Hoy las pajitas se utilizan a millones a
diario en todo el mundo; y cómo no, también se descartan a millones.
Pajitas tiradas en la playa.
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