DEFORESTACIÓN PRESIONA A LA AMAZONÍA

 

La Amazonia con 7,4 millones de km2 representa el 4,9% del área continental mundial, y cubre extensiones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. La cuenca del río Amazonas es la más grande del mundo con un promedio de 230.000 m3 de agua por segundo, que corresponde aproximadamente al 20% del agua dulce en la superficie terrestre mundial.

La Región Amazónica ocupa toda el área centro-oriental de la América del Sur, al Este de la Cordillera de los Andes, y desde la Meseta de las Guyanas al Norte hasta la Meseta Brasileña al Sur. Su altitud varía de los 4.000 metros en la Cordillera Occidental hasta el nivel del mar.  Se caracteriza por altas precipitaciones y, en su mayoría está ocupada por bosque húmedo tropical. Aproximadamente el 3% del área de la región, o sea cerca de 22 millones de ha. (220.000 km2), ha sido declarada por los gobiernos de los países amazónicos como parques nacionales y áreas protegidas.

La mayor parte del bosque está contenido dentro de Brasil, con un 60%, seguido de Perú con un 13%, Colombia con un 10%, y con pequeñas cantidades en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guayana, Surinam.

La Amazonía es considerada como el pulmón y el cobijo del continente suramericano, su enorme riqueza ha permitido la subsistencia y el desarrollo de formas de vida únicas. Sin embargo, se ha visto afectado por la deforestación, minería ilegal y contaminación de los ríos.

La Amazonía no puede ser considerada únicamente como una reserva de biodiversidad, sino también como una importante fuente de recursos para el desarrollo. Contiene una de las mayores reservas conocidas de bauxita (cerca del 15% del total mundial), y es una de los mayores proveedores de hierro y acero a los mercados mundiales. La madera y los productos derivados, oro y estaño, son otros productos con creciente demanda para exportación. El manejo adecuado de los recursos naturales de la Amazonía es de primordial importancia para los países de la región y para el mundo entero.

Desde 2010, CAF apoya la Iniciativa Amazonia sin Fuego, considerada como un conjunto de acciones que buscan el uso controlado del fuego y el desarrollo de actividades sostenibles, económicamente beneficiosas para los pobladores locales del bosque en pie, y que contó, en un primer momento, con la participación de Brasil, Bolivia y Ecuador.

Los problemas actuales derivados de los incendios forestales descontrolados, que involucran a casi todos los países que comprenden la Cuenca Amazónica, definen una condición que podrá ser irreversible y de evidente impacto ambiental local y global, fundamentalmente en la alteración de los ciclos del agua y del carbono, del equilibrio químico de los suelos; y  además de los efectos de la pandemia del COVID 19, especialmente, en poblaciones más vulnerables presentes en la Amazonia. El cambio en el uso del suelo, a través de la quema de bosques, es una de las principales, causas para la contribución de América Latina de emisiones de GEI.

La Amazonia representa el 56% de los bosques húmedos del mundo y almacena entre 90 y 140 mil millones de toneladas de carbono (180 T/ha), y donde viven, según datos de ONU Medio Ambiente (2016) alrededor de 34 millones de personas, incluidos 1,5 millones de indígenas de 385 localidades diferentes, incluyendo 86 lenguas y 650 dialectos, por lo tanto representa un bioma fundamental, tanto para los países que tienen sus fronteras limítrofes con el río Amazonas, como para el equilibrio del medio ambiente mundial, por lo que, no se puede comprometer la existencia de ese importante patrimonio natural y cultural. Por ello, urge brindar alternativas de desarrollo a los productores locales, entre otras, con la utilización de nuevas y mejores prácticas agroforestales para minimizar el uso del fuego, acceso a mercados verdes y financiamiento que reconozca el desempeño ambiental del productor.

En el último año (2021), la Amazonía perdió 860 000 hectáreas de bosque primario, de acuerdo con los datos del Proyecto Monitoreo de la Amazonía Andina.  Donde más se concentra esta problemática fue en Brasil (79%), Perú (7%) y Colombia (6%). (2)

10% de la biodiversidad del planeta habita en la selva amazónica, según los cálculos más recientes. (2)

58% de la biomasa de la Amazonía se encuentra en tierras indígenas y en áreas protegidas. (2)

22% creció la tasa de deforestación en la cuenca amazónica, en relación con niveles prepandemia. (2)

Fuentes: Datos obtenidos de la CAF -  Cecilia Guerra  Ejecutiva Principal de Sostenibilidad, Inclusión y Cambio Climático - Banco de Desarrollo de América Latina – CAF – Brasil. Especialista en financiamiento verde, evaluaciones de riesgos ambientales, sociales y climáticos, soluciones basadas en la naturaleza y cambio climático, para las operaciones de la CAF en Brasil.

(2).- Diario El Comercio – Página Peligro Ambiental . jueves 13 enero 2022 – Diego Ortíz- Editor

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