¿Cuál es el objetivo de celebrar este día?
El
objetivo es que las personas se conciencien de la
importancia que tiene el suelo a la hora de mantener el
equilibrio ambiental, para así lograr sistemas agroalimentarios sostenibles.
¿Qué es el suelo?
El suelo es un sistema que vive cambiando constantemente,
lo que lo transforma en un recurso altamente complejo. No solo sirve como
soporte para todas las formas de vida, como las plantas y animales, sino que
además sirve de sustrato para el crecimiento de la vegetación, garantizando los
nutrientes necesarios para todas las especies.
Desde el punto de vista agrícola, los suelos funcionan como
el canal de comunicación entre el productor y su cultivo, ya que a través de
las acciones que este realice, la calidad y el tamaño de su plantación variarán
drásticamente.
¿Cómo debemos de
conservar el suelo?
La agricultura orgánica,
el pastoreo por rotación*, la rotación de cultivos y la agricultura de
conservación pueden preservar la biodiversidad de los suelos. Estos métodos
aumentan de manera sostenible la productividad agrícola sin degradar los
recursos de suelo y agua.
*El pastoreo rotacional es la práctica de contener y mover animales a través de los
pastos para mejorar la salud del suelo, las plantas y los animales. Solo se pasta una porción de pasto a la
vez, mientras que el resto del pasto "descansa".
El suelo es donde todo comienza. Pocas
personas saben que los suelos son un recurso no renovable. Hacen falta más de
1000 años para que se forme 1 centímetro de suelo. Esto significa que el suelo
que tenemos es el único suelo que habrá a lo largo de nuestras vidas.
Los suelos hacen cosas increíbles que
a veces damos por sentadas. Sostienen la producción de alimentos, filtran el
agua, son la fuente de nuestras medicinas y nos ayudan a combatir y adaptarnos
al cambio climático.
¿Qué afecta la buena
conservación del suelo?
LA DESERTIFICACIÓN que es un proceso de degradación ecológica en el que los
suelos fértiles pierden total o parcialmente su capacidad productiva. Este fenómeno se puede dar por tres
causas principales, que son:
1)
La
desforestación
Causada por la tala indiscriminada de acres de bosques o
grandes extensiones de vegetación, destruyendo así la superficie forestal y por
ende la calidad de los suelos.
2)
El uso
desequilibrado de los suelos - Degradación
Debido al excesivo uso del
suelo, es posible que este se degrade hasta tal punto que su recuperación sea
irreversible. Cuando un suelo se degrada, pierde su fertilidad y por tanto, su
capacidad de producción se ve limitada.
De entre todos los tipos de degradación que puede sufrir un
suelo, la peor es la erosión o lo que es lo mismo, la perdida de capas fértiles
que limitan la capacidad productiva de ese suelo.
3) Uso inadecuado de maquinaria agraria
En el sector agrario, el uso de
maquinaria es muy habitual. El problema se produce cuando esta maquinaria se
emplea de forma inadecuada o se encuentra en mal estado por no realizarle un
mantenimiento frecuente y origina contaminación por vertidos de combustibles
como aceite gasolina o diésel. Esto
acelera el proceso de erosión.
¿Cuáles son las amenazas ambientales debido
a la pérdida de suelos?
Entre las amenazas ambientales
provocadas por la degradación de los suelos, destacamos:
v Impactos negativos en la biodiversidad.
v Modificación y fragmentación de hábitats.
v Pérdida de especies.
v Consecuencias en el cambio climático (alteración del ciclo del carbono,
emisión de gases de efecto invernadero, etc.).
v Contaminación del aire, agua y suelos.
v Degradación de tierras por erosión, compactación, contaminación,
salinización o sellado antropogénico.
Razones por las que debemos
apreciar el suelo que yace bajo nuestros pies:
1. Cuidar los suelos = Mayor
seguridad alimentaria
El 95% de los alimentos se
produce en nuestros suelos. No podemos esperar alimentar a la creciente
población mundial y producir el 50% más de alimentos que necesitamos para 2050
sin considerar y preservar la calidad de nuestros suelos. El contenido de
nutrientes de los suelos influye directamente en las plantas que se cultivan en
ellos. Los suelos intercambian nutrientes y agua con las raíces de la planta.
Cuanto más saludable es el suelo, mejor será la cosecha. El suelo es un recurso
no renovable y su preservación es esencial para la seguridad alimentaria.
2. Cuidar los suelos = Más
diversidad
Los suelos albergan la cuarta
parte de la biodiversidad de nuestro planeta. Hay más organismos vivos en una
cucharada de tierra que personas en nuestro planeta. En ningún otro lugar en la
naturaleza hay especies con una población tan densa como en los suelos. La
biodiversidad es importante para el bienestar de nuestro planeta; ayuda a las
especies a sobrevivir y adaptarse a los cambios en la naturaleza. Preservar la
biodiversidad significa ayudar a hacer nuestro planeta resiliente, adaptable y
saludable. La agricultura orgánica, el pastoreo por rotación, la rotación de
cultivos y la agricultura de conservación pueden preservar la biodiversidad de
los suelos. Estos métodos aumentan de manera sostenible la productividad
agrícola sin degradar los recursos de suelo y agua.
3. Cuidar los suelos = Menos
gases de efecto invernadero
Los suelos ayudan a combatir y
adaptarse al cambio climático. Cuando se gestionan de forma sostenible, los
suelos pueden jugar un papel importante en la mitigación del cambio climático
almacenando el carbono (secuestrando carbono) y disminuyendo las emisiones de
gases de efecto invernadero a la atmósfera. Los suelos sanos con un alto
contenido de materia orgánica también pueden almacenar grandes cantidades de
agua, que ayuda a los cultivos a sobrellevar la sequía y adaptarse a las
precipitaciones extremas.
4. Cuidar los suelos = Mejores
medios de subsistencia
Los suelos saludables pueden
garantizar la seguridad alimentaria, proporcionar mejores medios de
subsistencia y reducir la migración forzada. La degradación de los suelos
supone la pérdida de fuentes de alimentos y medios de vida. Más de 10 millones
de personas han abandonado sus hogares debido a problemas ambientales,
incluidas la erosión del suelo, la desertificación, la deforestación y la
sequía. La implementación de estrategias de gestión sostenible del suelo que
ayuden a los agricultores a enfrentar las sequías a largo plazo y la
degradación del suelo puede ayudar a que las personas tengan opciones frente a
la migración.
5. Cuidar los suelos = Agua más
limpia
Los suelos son clave para el
suministro de agua limpia. Los suelos capturan, almacenan y filtran el agua, lo
que la hace segura para beber. Los bosques en las zonas altas no solo previenen
la erosión del suelo, sino que también garantizan agua potable de buena calidad
para los usuarios intermedios. Los suelos también almacenan agua, haciéndola
disponible para cultivos.
6. Cuidar los suelos = Más
medicinas
Los suelos son importantes para
la salud humana. La mayoría de los antibióticos más conocidos, incluida la
penicilina, se originaron a partir de microorganismos del suelo. ¿Sabías que
más de 500 antibióticos son derivados de microbios del suelo?
El 33% del suelo está de
moderadamente a altamente degradado debido a la erosión, la pérdida de materia
orgánica, el agotamiento de los nutrientes, la acidificación, la salinización,
la compactación y la contaminación química. Sin embargo, la gestión sostenible
y las técnicas de cultivo cuidadosas pueden revertir la tendencia de la
degradación del suelo y garantizar la seguridad alimentaria mundial actual y
futura.
¿Cómo ayudar en la conservación
del suelo?
Conservar un suelo hace
referencia a llevar a cabo ciertas actividades que fomenten el mantenimiento o
incremento de la salud del suelo, sobre todo en aquellas zonas que han sido
afectadas por la degradación y que ayuden a prevenir o reducir la erosión, compactación
y salinidad, su mantenimiento o mejora de la fertilidad.
Cualquier persona puede realizar
acciones para ayudar en la conservación del suelo. A través de buenas
prácticas, es posible proteger la calidad de los suelos. En función de la
actividad que desarrollemos, podremos aplicar una serie de buenas prácticas,
como, por ejemplo:
ü Hacer uso de abonos orgánicos en los cultivos.
ü Efectuar siembras directas.
ü Vincular cultivos para controlar de forma efectiva las plagas.
ü Rotar de inteligentemente las familias de cultivos.
ü Participar en cursos que aporten conocimientos para fomentar la gestión
ambiental y el desarrollo sostenible
Todos los seres humanos podemos poner nuestro granito de
arena, para procurar la salud y conservación de los suelos de nuestro entorno.
Algunas buenas prácticas pueden ser:
- Usar abono orgánico o humus de
lombriz.
- Realizar siembra directa.
- Asociar cultivos para control de
plagas.
- Rotación inteligente de familias
de cultivos.
En un mundo donde se habla
continuamente acerca del cambio climático, casi nadie se ha parado a pensar,
cómo afecta la contaminación o la explotación excesiva de los suelos a la
destrucción del medio ambiente, poniendo en riesgo la supervivencia de las
especies.
No cuidamos los suelos como se
merecen, ¡pero podemos revertir la tendencia!
Fuente: ©FAO/Olivier
Asselin; Right: ©FAO/AU/Yohannes Zirotti
Comentarios